El Banco Central prorrogó hasta fin de año diversos servicios financieros.

La Federación del Nucleamiento Empresarial del Noroeste Bonaerense (FNENB) a través de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), informa que las medidas sobre el dólar cambian la percepción del mercado de cambios en cuanto a los precios de referencia y aumenta la incertidumbre, comprendemos que los controles de cambio más severos buscan desarticular la capacidad de ataque de los fondos especulativos, que hoy explican la mitad de la demanda de dólares, al mismo tiempo restringir el «IFE cambiario» y aplacar la demanda minorista.

Sin embargo, subsanar ese problema tiene impacto sobre la economía real, con diferentes consecuencias positivas y negativas para las pequeñas y medianas empresas de todos los sectores productivos:

  • Comercio: pone una suerte de freno a las compras por Internet en sitios externos, que llegan por diversos correos y que afectan al comercio pyme argentino. Pero, por otro lado, el cambio de percepción del mercado cambiario traerá aparejado el aumento de precios de los productos internos.
  • Turismo: favorece el turismo local, pero complica aún más a los operadores turísticos en las ventas de turismo emisivo.
  • Industria: alentaría la sustitución de importaciones, pero siempre que los bancos ofrezcan financiamiento a tasas muy bajas, que hoy no pueden superar, en pesos, el 12% o 13%. Ese proceso, además, es lento, con lo cual la capacidad de desarrollar un mercado de proveedores que supla a los proveedores externos es, incluso en las mejores condiciones, compleja. Por el momento, demorará los procesos de producción porque al quedar el dólar importación estable y bajo, la única forma que tendrá el gobierno de limitar una avalancha importadora será controlando.
  • Habrá presión sobre precios: aunque el dólar importación se mantenga estable, habrá inflación por expectativas, tanto por el aumento del dólar compra como por la suba del dólar blue. Eso incrementará los costos de producción sin que las empresas puedan trasladar todo a precios por la recesión del mercado de consumo.
  • Aunque las inversiones de las pymes se abaratan porque quedan al precio dólar oficial (al menos para lo importado), no habrá inversiones de grandes empresas por la dificultad de fondearse al no poder cumplir las deudas asumidas en tiempo y forma, y ello afectará el efecto multiplicador de demanda de las grandes a las pymes en el proceso de inversión y producción.
  • En su comunicado, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) manifiesta la voluntad de reducir la participación de grandes empresas en las líneas de prefinanciación de exportaciones, de modo de liberar margen de financiaciones para el crédito local de pequeñas y medianas empresas exportadoras. No obstante, hasta que eso suceda se desalientan las exportaciones: al subir los costos internos de producción, le restarán competitividad a nuestra producción.
  • Si bien las empresas deberán regularizar su deuda, este punto no aplica a las pymes ya que es solo para empresas que pagan más de un millón de dólares por mes de deuda al exterior.

Posiblemente detrás de estas medidas se presupone que muchas empresas tienen dólares ahorrados en algún lugar que contribuyeron a la fuga de divisas, pero entendemos que esta no es la realidad de todas las pymes.

Desde CAME sostenemos que las medidas en sí no son el problema más grave y sí lo es la falta de confianza en la economía. También consideramos que este tipo de resoluciones no resuelven la causa de los problemas, sino sus efectos, intentando frenar la salida de divisas, en vez de aumentar los ingresos mediante la atracción de inversiones, la baja de impuestos para exportar y producir, entre otras cuestiones.