“Necesitamos una rápida respuesta integral de las autoridades para poder destrabar este tema y brindar certidumbre a las economías regionales que están próximas a cosechar y al día de hoy no saben si podrán hacerlo”, advirtió Rodríguez.

Las economías regionales son generadoras de mano de obra intensiva y, como tal, precisan de miles de trabajadores para poder cumplir con las tareas que requiere la cosecha en cultivos tales como uva, olivos, yerba, maní, papa, tabaco, peras, manzanas y naranjas, etc.

Según datos oficiales, las economías regionales emplean, en forma directa y temporaria, alrededor de 625.000 personas en todo el país.

Si bien la falta de mano de obra en el sector no es un fenómeno nuevo, este año la problemática se agravó ya que muchos trabajadores no pueden concretar tareas en otras provincias en el marco de las restricciones impuestas por el Covid-19.

Desde la CAME, exigimos un certificado único para el traslado para nuestros trabajadores, entre localidades y provincias.

“Debemos articular soluciones interministeriales y brindarles garantías a los trabajadores y sus familias para que puedan realizar trabajos en cualquier lugar del país sin trabas que hagan que pierdan una posibilidad laboral. Estamos convencidos que la salida de la crisis es el trabajo”, explicó Rodríguez.

La falta de mano de obra en las economías regionales es una problemática de suma importancia. En la actualidad hay provincias y zonas del país con altos índices de desempleo (hasta 20%) donde la generación de trabajo genuino es prácticamente inexistente.

La falta de trabajo podría al menos aliviarse si se permitiera a los beneficiarios de planes sociales ser contratados para tareas temporarias y estacionales. “Las economías regionales somos parte de la solución”, comentó Rodríguez.

«Si queremos pensar en un país más descentralizado y con más inclusión federal, buscando una armonía entre lo urbano y lo rural, éste es un punto que se debe resolver en lo inmediato», concluyó.