Analizar, aprender y mejorar son claves para diseñar la estrategia de competitividad acorde a cada comercio.
Los operadores del comercio tradicional no deberían considerar enemigos a los actores del mercado como Amazon. Actualmente, los locales físicos se enfrentan a numerosos desafíos de diferentes orígenes. En ese contexto, culpar de sus problemas a empresas digitales es pecar de simplismo.
Comprender la dimensión de algunos de estos grandes operadores puede ser paralizante al principio. Un primer acercamiento a las cifras del crecimiento del comercio electrónico en los últimos años puede tener un impacto desmoralizador.
Pero es necesario tomar cartas en el asunto. Resignarse a dejar las perspectivas de negocios en manos de estas tendencias sería una excusa no implementar las innovaciones que nos permitan seguir siendo competitivos.
Adaptarse más rápido
El comercio minorista vive en un nuevo entorno que irrumpió a toda velocidad. Lo que antes tardaba cincuenta años en ocurrir, ahora se precipita en cinco. Esta velocidad ha hecho que muchos se queden atrás. No es que no hayan notado la nueva situación, sino que a menudo fallan en las soluciones que proponen, ya que suelen ser parciales o poco ambiciosas.
Por ejemplo, muchos comercios tradicionales deciden crear una página web sin una estrategia que la acompañe, o sin un desarrollo que conecte esta web con la tienda física. Esto demuestra que no hay que poner parches, sino dar un salto cualitativo importante.
Colaborar
Otro problema que comparten los miembros del sector minorista es que suelen estar a la defensiva cuando en el horizonte asoma un cambio, un actor nuevo o un competidor exitoso.
Durante años apuntamos a proteger nuestro terreno, pero en el entorno actual eso ya no es suficiente. Las ideas y proyectos que surgen revolucionan distintos aspectos del negocio, desde la logística hasta la experiencia de cliente.
Ante ese panorama, la colaboración resulta fundamental. Algunas opciones incluyen a quienes por su rapidez cubren los huecos a los que las empresas con estructuras más pesadas no llegan; y también aliados que estén a la vanguardia de la gestión del comercio electrónico.
Uso estratégico de la tecnología
Hoy todos hablamos de las nuevas tecnologías y es estimulante comprobar todo lo que podrán, y ya pueden, hacer en el comercio minorista. Pero más allá de las innovaciones revolucionarias, los comercios deben incorporar estos avances con criterio. Si adquieren tecnología por el simple hecho de añadirla, se nota. Es, otra vez, un parche.
La innovación tecnológica siempre debe responder a una necesidad previa de la compañía o del cliente. Solo así estará alineada con la estrategia y podrá considerarse realmente una innovación.
Que los gigantes digitales inviertan mucho en innovación no quiere decir que la tecnología sólo se aplique al comercio online. Los comercios físicos también pueden aprovechar las nuevas tecnologías para crear experiencias sensoriales. De esta manera, ir de compras puede ser un juego o una incursión cultural.
Seguir tratando al cliente como siempre (o mejor)
En medio de toda esta innovación hay una idea que se mantiene: los locales comerciales tienen que seguir haciendo lo que han hecho siempre. Es decir, adelantarse a las necesidades del cliente, sorprenderle y sonreírle cuando entra por la puerta. Incluye también mirar a la competencia para generar nuevas ideas.
Y adaptarse. Al igual que tuvo que adaptarse el pequeño comercio a la llegada de los grandes almacenes y estos, a su vez, a las tiendas especializadas de ropa o muebles.
Ninguno de los antiguos formatos ha desaparecido, solo se han ido amoldando para encontrar su ventaja competitiva: aquello que los hacía diferente y que les permitiera aprovechar su nicho.
Analizar, aprender, mejorar
No es el momento de lamentarse, sino el de analizar, aprender y mejorar. La transformación digital de las empresas pasa inevitablemente por el inconformismo: hay que seguir cambiando constantemente. Y también por la creatividad: los que dan con grandes ideas están siempre pensando en una forma de hacerlo mejor.
Fuente: Reason Why